¡Muchas gracias por compartir conmigo la alegría y la esperanza de la Navidad!
Compartamos también el reto de dirigirnos juntos al encuentro de Aquél que viene buscando posada en todos los corazones que estén dispuestos a recibirle.
No cesa ni se cansa de ofrecer a todos la calidez de su amor misericordioso.
Viene, una y otra vez, a nuestro encuentro despojado de todo, pues nos trae tan sólo lo único que verdaderamente necesitamos que es a Él mismo, sus torrentes de gracia, de ternura y de amistad.
Él está aguardando a que "nos liemos la manta" y sin pensarlo más participemos de las locuras de su amor.Así, sin reservas ni prejuicios, con el alma desnuda y con la sola prenda de la confianza ilimitada en su fidelidad que es infinita y eterna.
Llegue desde aquí, tu agradecimiento y el mío, a la gloria de su amor que resplandece y se nos manifiesta en su humanidad asumida, para hacer realidad el milagro de ser Emmanuel -Dios con nosotros-, Dios y Hombre con todos los hombres y para todos los hombres.
Llegue desde aquí, tu deseo y el mío, hasta todos los lugares de esta tierra para que los hombres y mujeres de buena voluntad lleguen a experimentar en lo más íntimo de sus corazones la suavidad de la paz, fruto del saberse amados y queridos, acogidos y comprendidos, salvados y redimidos por el Príncipe de la Paz.
Cor unum et ánima una.
Tu amigo que te quiere.
Jonatán
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